La Terapia

LA RELACION TERAPÉUTICA

Pienso que el fin de toda vida humana es alcanzar la felicidad, la plenitud, la realización personal, y que el papel de los psicólogos es la de ser catalizadores en la resolución de problemas y ser facilitadores de medios, herramientas y recursos, para que las personas alcancen su blanco de felicidad o puedan aliviar su sufrimiento.

Entiendo que la terapia debe ser integral y multidisciplinar, porque lo que padece es siempre sólo una cosa: “Los que sufren, no son los cuerpos; son las personas” (Eric Casell). Lo que causa sufrimiento a uno es singular porque cada persona es un todo único e irrepetible, complejo, multidimensional y dinámico, que se encuentra en un contexto en constante cambio a lo largo del tiempo y que funciona de manera holística.

Por tanto, mi encuentro TERAPÉUTICO debe basarse en la visión del paciente como una persona única que “siente, experimenta y sufre”, y los tratamientos tienen que ser individualizados, adaptados a cada persona, problema y situación, basados en el método científico y orientados al beneficio único del paciente.

Creo que lo más importante en este encuentro no son las técnicas o métodos que pueden emplearse, sino la persona y la relación terapéutica que se construya, cuidando al otro con empatía, hospitalidad y compasión, y para ello se requiere mantener una buena comunicación, escuchar activamente y estar implicados con el paciente y su problema al cien por cien, con responsabilidad, cercanía, sensibilidad y calidez humana.

“Lo que debe guiar la terapia no es la teoría, sino la relación”

Irvin Yalom

VALORES

Los valores básicos que guían mi relación terapéutica son la empatía, la aceptación incondicional y el compromiso:

EMPATÍA

Trato de mirar por la ventana del otro para poder entrar en su mundo y percibir lo que está experimentado, reconociendo su sufrimiento y siendo sensible al mismo, de este modo puedo ayudar a resolver sus problemas con eficacia, fomentar sus destrezas y mejorar su confianza en sí misma. Trato de ser organizado, competente, activo y directivo en mi labor terapéutica, orientado siempre a la solución de los problemas y con miras a los objetivos acordados previamente.

ACEPTACIÓN

Corresponde a aquellos pensamientos que he tenido y que me han causado la alteración emocional. Normalmente son pensamientos irracionales, es decir, exigentes, rígidos, absolutistas, intolerantes, catastrofistas y condenatorios. Por ejemplo, ante el error he pensado que «soy un inútil, no sirvo para nada, soy un completo desastre, que no debería en absoluto cometer tal error».

COMPROMISO

Son las emociones insanas y comportamientos destructivos y autoderrotistas que he tenido. Por ejemplo, «ante tal pensamiento de soy un inútil y que no valgo nada por cometer un error me he sentido deprimido y enrabiado, y me he ido a la nevera a comer compulsivamente».

“Soy humano, y nada humano me es ajeno”

Publio Terencio Africano

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